UNA LUZ SOBRE LA COLINA DE TOICO

 SEMINARIO SANTO TOMAS DE AQUINO, DONDE CONTINUA LA LABOR DE CRISTO







El siervo de Dios, Mons. Tomás Antonio Sanmiguel, primer obispo de San Cristóbal, a los pocos meses de su llegada, decide abrir el Seminario. Se tiene como fecha de dicho acontecimiento el 2 de febrero de 1925. Abre sus puertas el Seminario Menor en las proximidades de la entonces Casa Episcopal. Le confía la dirección de dicho seminario a los Padres Eudistas y allí comienza esta labor, rica en hechos materiales y espirituales.

 



Mons. Rafael Arias Blanco, segundo obispo de San Cristóbal, funda y abre el Seminario Mayor; la obra es continuada por Mons. Alejandro Fernández Feo, tercer obispo de la diócesis, dando un fuerte impulso a ella, destacando, con su extraordinario sentido de proyección, la creación del Instituto Universitario Eclesiástico Santo Tomás de Aquino (I.U.E.S.T.A.).

 

El cuarto obispo de San Cristóbal, Mons Marco Tulio Ramírez Roa, siguió la senda de sus predecesores, aún más, habiendo sido él mismo rector del Seminario, supo conducir la Pastoral Vocacional, hasta el punto de obtener un resultado óptimo en cuanto a jóvenes decididos a ser sacerdotes.

 

Actualmente, Mons. Mario del Valle Moronta Rodríguez, quinto obispo de la diócesis, ha dedicado su labor en la profundización del trabajo de nuestra casa: ha dado un nuevo impulso a la pastoral vocacional. El Curso Propedéutico tiene una sede aparte en las instalaciones del recién consagrado Santuario del Santo Cristo de los Milagros de La Grita; se ha inaugurado el año de pastoral para quienes terminan la filosofía. Así mismo, se ha inaugurado el tiempo especial de apostolado para los alumnos de IV° año de teología y está en proyecto la creación del Filosofado, un modo para dar una asistencia formativa, según las normativas de la Iglesia, más personalizada a los candidatos al sacerdocio.

 



Podemos decir, sin ningún temor a equivocarnos, que el Seminario es uno de los signos de la Iglesia en el Táchira. Los cristianos lo sienten, y lo deben sentir, como algo propio. Hay conciencia de que el Seminario es esencial para nuestra iglesia diocesana… Han pasado muchos años y de aquella idea inicial, vemos plasmados tantos proyectos, ilusiones y esperanzas que, en lo material y espiritual ha dado su mayor fruto: la formación de sacerdotes, configurados a Cristo, buen pastor. Después de estos años de camino, nos preparamos para dar Gloria a Dios el próximo 2 de febrero con la celebración de los 96 años de nuestro Seminario.

 

Para todos es un reto. Es el momento propicio para reflexionar y dar gracias a Dios por permitirnos formar parte de esta familia. Cada uno de nosotros, cada uno de ustedes, queridos hermanos en el sacerdocio, religiosos y religiosas, laicos de las diferentes comunidades que escuchan este mensaje, estamos llamados a sentirnos parte más activa de la Iglesia y de nuestro Seminario.

 



Cada uno es formador de los tantos jóvenes que desean seguir a Jesús en el ministerio sacerdotal. Cada uno de nosotros es partícipe de esta fiesta, no es solo el 2 de febrero, sino cada día, pues en la vida cotidiana es que podemos y debemos demostrar con las obras, no solo con las palabras, la grandeza de Dios y la riqueza de nuestro pueblo tachirense. Este año jubilar del Seminario es la justa ocasión para pedir al Señor:

 

– que siga enviando obreros a su mies….

 

– que bendiga a nuestro obispo, nuestro padre y pastor…

 

– que proteja nuestras familias….

 

– que conceda perseverancia a seminaristas y sacerdotes….

 

– sinceridad, docilidad, entrega y perseverancia para que cada uno de nosotros no haga lo que quiera sino quiera lo que hace…

 

Y fuerza a todos para llevar el mensaje de Jesús, el esplendor de la verdad a cada persona y dar a conocer a todos la familia del Seminario Santo Tomás de Aquino, que se encamina hacia los 90 años, configurando pastores a imagen de Cristo, Buen Pastor. 



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